¿Negociar o litigar?  El macro proyecto del Canal de Panamá, es  de hecho absolutamente una referencia de vanguardia en el desarrollo de infraestructuras e ingeniería a nivel mundial, por eso la adjudicación del contrato puede venderse como una apuesta de posicionamiento que en parte justifique una oferta temeraria. Pero implica unos avales y apoyos que pone en riesgo incluso la credibilidad y confianza en la marca España.

Q La Causa en estudio

Hay empresarios que deciden realizar ofertas temerarias en procesos de licitación y negociación complejos como es el caso del canal de Panamá.

Durante los periodos de crisis los grandes proyectos y sus negociadores perciben una sensación de poder que permite estrujar al proveedor hasta límites impensables.

En APT  y abogados 10, analizamos el entorno, la estrategia y los objetivos de cada Empresa Familiar, identificando las necesidades de formación, elaborando contenidos y métodos acordes con la estructura, los procesos y los recursos disponibles. Tutelamos y guiamos la correcta implantación de un protocolo desde su constitución a su validación temporal.

ANTECEDENTES: ¿Cómo ha sucedido?

Pese a la falta de antecedentes de conflictos entre las partes implicadas, que nos hace pensar que llegar a este punto donde la desviación presupuestaria supera el 25% del proyecto, ha podido ser fruto  de un error de cálculo o contingencias sobrevenidas. Pero es precisamente la magnitud de cerca de 1.300 millones de euros de diferencia la que lleva al razonamiento que esa “compra de pedido” por medio de una licitación extremadamente barata puede acabar en drama.

Actitud de “hombre sin miedo“, mostrando total interés pero al mismo tiempo con un listón claramente establecido y tratando de insistir más en el factor valor añadido que en el precio

XQ- Por qué sucede

En este momento hay dos factores determinantes:

• La reducción de volumen de trabajo y negocio a nivel mundial que ha situado a empresas como Sacyr en una precariedad que le obliga a ceder más que nunca, en negociaciones tan complejas como la del Canal de Panamá las compañías finalistas van progresivamente apretándose el cinturón (algunas acaban quitándose los pantalones)
• Panamá es consciente de la importancia estratégica y mediática que supone para cualquier empresa ser la adjudicataria de una obra de ingeniería que será referencia por muchos años y eso le permite explotar esa necesidad de empresas como Sacyr empujándole a realizar ofertas que rayan lo temerario

REFLESXIONES

¿Hasta que punto la Empresa  es culpable de temeridad? o por el contrario ¿es el licitador el verdadero instigador del hecho?

Tratar de generalizar es arriesgado, máxime teniendo en cuenta la complejidad del proyecto sin una referencia anterior por tanto Sacyr no pudo negociar con un patrón o límites establecidos y supuso que el valor añadido de garantía y calidad total le permitiría corregir los coeficientes de deriva del presupuesto antes de poner en riesgo el propio proyecto.

Pero desde mi punto de vista  “marcarse el farol” que supondría parar el proyecto o abandonarlo, con lo que eso puede suponer para Sacyr es muy arriesgado, máxime en estos momento donde su accionista principal Grupo Carceller está jugando otra Champion league en el asunto Pescanova, donde pide una quita del 85% a un consorcio de bancos que pueden perder cerca de 4.000 millones de euros.

Quizás Sacyr con este “farol” pretenda hacer un dique de contención que evite unas pérdidas inasumibles para su empresa en estos momentos, pero no se da cuenta que Panamá antes le trataba como a un hermano, hoy como un primo pero como cruce una raya pasará a negar haberle conocido y pleitear.

Hay que tener en cuenta que la construcción del primer canal acabó en un contencioso nada menos que con los Estados Unidos, por eso es muy temerario pensar que panamá se va a plegar así como así

Conclusiones

Lo cierto es que la falta de planificación y la propia debilidad de la constructora .pone en un riesgo sistémico a una parte importante del entramado empresarial español y por tanto el gobierno no tienen más remedio que actuar de valedor y mediador en el conflicto.

La globalidad y movilidad en la que se mueven las grandes constructoras españolas son muy sensibles a una falta de credibilidad y confianza que podría provocar que el conflicto no acabara en una solución negociada

Alberto Diez